miércoles, 23 de marzo de 2011

Incondicionales


Con Sancho Panza he recorrido caminos intrincados, sin desasosiegos. Él todo lo hacía posible. Era el alfarero de mis cuencos vacíos -mendigos de luz y esclavos del olvido- Fue mi guía, es mi amigo… ahora, es cuando toca estar a su lado. Lo sostengo mientras le susurro al oído: —Ladran Sancho… seguimos juntos, compañero.
Y el veterinario, acaba su trabajo.






jueves, 10 de marzo de 2011

ANA MÍA

Es la princesa de mamá y papá. Mamá la baña, la viste, la acicala y hace el avioncito con la cuchara, mientras le da de comer, para hacerla reír. Papá la lleva al parque, a andar en bicicleta, a correr, a nadar, a tenis, a patín. Es la princesa que hoy, con veinte años y treinta y dos kilos, acaba de morir.





Morfeo no está, Morfeo se fue...

Es la princesa que -cuando te enamoraste- te quitaba el sueño. Ahora también, ronca como una camionera.





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