lunes, 11 de abril de 2011

Volver

Dejó profundas huellas en mi camino. No pude hacer otra cosa que quitarme los zapatos y colocar mis pies sobre el rastro de las pisadas que nunca desaparecieron. Con los años, se transformaron en estigmas tallados sobre mi cuerpo en éxtasis, de forma sobrenatural. Y así anduve la vida... a medias, siempre a medias. Tenía que encontrarlo. Hasta que por fin un día -luego de treinta y dos años, con tan solo un click en esta red de locos y poetas- leí la trama de una vida paralela, que buscaba un poncho marrón y blanco.
Ahora toca volar para besarlo. Tan solo espero que no sea un sapo. 
 
 
 



6 comentarios:

  1. Y creo que no fue un sapo, mas bien lo veo como al príncipe de la princesa Danik. Beso linda y te sigo por las huellas que vas dejando.

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  2. Habrá que besarlo para saber... pero a veces es mejor no hacerlo y conformarse con la mera imaginación de lo que podría ser... esa seguro no defrauda.

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  3. Ni siquiera el Príncipe Azul podría competir con una idealización.
    Ojalá ella encuentre el modo de acercarse sin el pasado a cuestas, nueva.

    Un beso y suerte en el concurso, Danik

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  4. Gracias Marilen, me honras con tu "seguimiento".

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  5. Caramelos: Habrá que besarlo, quien no arriesga no gana, dicen...

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  6. Patri: Tú sí que sabes. Besazo y muchas gracias.

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Ficciones neomínimas por Danik Lammá se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.