miércoles, 23 de febrero de 2011

Empastillado

Caminé kilómetros, trepé por las sábanas -maldita seda- ella dormía… Poros abiertos del rostro, sudaban gotitas de aguacate y caléndula -Hydra-Zen-Nuit-Lancôme-Crème. Trencé un mechón de su pelo rojo y me deslicé por un par, de protuberantes siliconas. Resbalé en aceite de coco y caí -en su ombligo profundo- dislocándome el codo. En el circonio del piercing, rebotaban mil destellos -reflejo del astro Rey-luz de luna-. Cegado, accidentado y sin fuerzas, caí en un sueño profundo, la amé, me sonrió y el sol nació en sus ojos. Exhausto alcancé la cerradura, escapé por milagro. No me importa, esta noche, vuelvo a ingerir Chiquitolina.



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