Y así, nadando, convertida en esto que soy, un pez con pensamientos humanos, me decido a favorecer, quizás, la última oportunidad de existencia.
He aprendido a defenderme, a esconderme de las bocas asesinas, a no ser el alimento de quienes me saciaron cuando me creía “naturista” –Yo solo como carne de pescado-
No puedo resignarme, evolucionar es la misión de los seres vivos y para ello se necesitan estímulos, metas, desafíos…
He abierto el primer restaurante.
Lecho marino de comidas
non karma
Menú del día
ENTRADA:
Algas sin arena con salsa espuma de mar.
PRIMERO:
Cuencos de caracoles rellenos de lombrices (Criadero propio).
SEGUNDO:
Collage marino (Especialidad de la casa)
Reciclaje del tsunami. Escogemos todo lo apto para el consumo en la creación de este exquisito y excéntrico plato.
POSTRE:
Esencias de corazón humano (seleccionados) espolvoreadas con plancton.
FIN DE VELADA:
Canta el delfín-human blanco: Jacko Jackson
Formas de pago: Al entrar y al salir debe reír como lo hacían los humanos.
Condición sine qua non para ingresar: Haber aprendido a reír a carcajadas.
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