Abandonando la duda, a la suave brisa de una noche de verano, por fin se decidió. Dejó el atisbo para colarse en la alcoba y sin preámbulos, le hizo el amor. Desde entonces, a veces, vuelve. La posee y luego, contempla el gesto de dicha que se revela en su rostro al dormir. Ese mismo, que de cuando en cuando, vislumbra el marido, también…
—Pobre ilusa, otra vez está soñando con Brad Pitt—
—Pobre ilusa, otra vez está soñando con Brad Pitt—
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