Advirtiendo aún el filo de las terminales nerviosas que continúan latiéndome de manera involuntaria, asida a tu mano me voy rindiendo… Y son mis besos en alfa, ahora, los que te buscan para dibujarte una estrella… Me limita la avería de esta caricia que enreda mis brazos en el vacío del éter, mientras va menguando, tenue… el fluido del cordón de plata, extinguiéndose en la lobreguez de la noche.
Desconéctame. Vete a casa y descansa, el tiempo no pasa, nosotros pasamos por el tiempo…
Riégame los pensamientos naranjas… y permanece receptivo, ilusionado, como si hallaras un pendúculo sedoso de crisálida, porque mi alma, amor mío, buscará a la tuya, por los siglos de los siglos, eternamente…
Desconéctame. Vete a casa y descansa, el tiempo no pasa, nosotros pasamos por el tiempo…
Riégame los pensamientos naranjas… y permanece receptivo, ilusionado, como si hallaras un pendúculo sedoso de crisálida, porque mi alma, amor mío, buscará a la tuya, por los siglos de los siglos, eternamente…
No hay comentarios:
Publicar un comentario